Dicen que la Cultura Empresarial ya no está en la hoja de ruta de los gerentes.

Bien.

Eso no es cierto.

La cultura empresarial forma parte del ADN de la empresa

y sobre todo de quien la creó.

¿Pero qué ocurre cuando el fundador ha legado su cargo a otro gerente?

Si el fundador ha elegido bien su relevo, el nuevo gerente estará preocupado por conocer y absorber la cultura de la empresa, para poder hacer evolucionar ambas a la par.

Tanto si has creado una empresa, como si acabas de ser nombrado gerente,

esta explicación te interesa:

Es probable que hayas escuchado y sentido muchas cosas tipo…

"Desde que soy gerente me siento solo al mando de esta empresa"

"Mi empresa es diferente, es muy compleja y ni yo ni nadie puede entenderla para poder mejorarla"

"Las personas que trabajan en esta empresa no me entienden, no sé cómo motivarles para que me apoyen en los nuevos proyectos que quiero construir"

"Ultimamente creo que no soy capaz de organizarme como me gustaría. No me siento capaz de delegar algunas tareas, y paso mucho más tiempo en la oficina que con mi familia"

"Sé que tengo que liderar, pero creo este rol me viene grande, y todos esperan que sepa hacerlo sin dudar"

"En realidad no soy capaz de definir que significa la cultura de una empresa. Y aunque sé que hay cosas que quiero que sean de una determinada manera, no tengo ni idea de cómo empezar"

"Me gustaría poner a punto toda la estructura organizativa de la empresa, tratar temas críticos y mejorar la estrategia de una vez por todas"

La cultura empresarial no es un concepto etéreo, es algo tangible que se puede conseguir entender y transformar.

Si sabes cómo hacerlo, claro…

Todos hemos oído cómo son los espacios de trabajo en Google, o cuál es la identidad de una empresa como Coca-Cola. Todos reconocemos una tienda de Apple, y sabemos a qué huele un coche nuevo.

Todo eso es cultura empresarial, y si tocas las teclas adecuadas, tu empresa será reconocida por tus empleados, tus competidores y tus clientes.

Si no sabes cómo posicionarte, cómo liderar, cómo afrontar tus proyectos, o cómo contratar a tu gente, pasarás desapercibido, nadie de los que te rodean reconocerán tus productos o servicios, y nadie sabrá tratar a tus clientes como lo haces tú.

Pero tú no estás en todas partes, así que tu cultura empresarial debe impregnar

hasta el ultimo rincón de tus departamentos,

para que el sentimiento en tu entorno sea que la empresa rueda con velocidad aunque no estés tú, consiguiendo:

• Fortalecer la identidad de la empresa

• Mejorar el compromiso de los empleados

• Aumentar la productividad

• Conocer y reconocer tu misión, tu visión y tus valores

Y en lo concreto, conseguirás:

Conocer a las personas de tu empresa, a tus compañeros.

Gestionar su talento, su motivación y desarrollar su potencial.

Darte cuenta de cómo las relaciones afectan a tu empresa, y cómo puedes hacerlas tus aliadas para encaminar a tu empresa hacia el éxito.

Trabajar los temas más complejos de manera sencilla donde tus ideas y las de los participantes quedarán escritas y serán el primer paso para comenzar los proyectos.

Sentirte alineado con la visión y la misión que desarrollas en tu trabajo y en tu vida.

Sostener con habilidad las expectativas propias y las de tu personal, para que puedas enfocarte en los objetivos sin perderlos de vista.

Lograr una mayor compenetración de la empresa, mejorando la percepción de lo que cada uno hace en ella, la importancia de ir de la mano, coordinados para ser efectivos en el mercado.

Además te beneficiarás en:

Autogestión: 

responsabilizando a todas las partes de la empresa y a la vez manteniendo la libertad de acción, como alternativa a la toma de decisiones jerárquica

Plenitud:

apostando por atender todo tipo de diversidad, incluida la interna de cada trabajador, dando lugar a relaciones interpersonales completas, respetuosas y nutritivas.

Propósito evolutivo:

compartiendo lo que hacemos y buscando complementarnos para ofrecerlo por encima de estándares de calidad externos.