Seguramente andas en tu empresa apagando fuegos, sabiendo que algunas cosas no funcionan, que el rendimiento no es el que te gustaría. Y probablemente cuando alguien te pregunta qué mejorarías, empiezas a nombrar tantas cosas que no sabes por cual empezar. Sientes que todo lo que ocurre es tan grande e inabarcable que no puedes solucionarlo.
Y esto que te cuento es así para la mayoría de nosotros. La realidad es algo inabarcable y difícilmente solucionable. En el trabajo de coaching y consultoría que realizamos en utilitas, tratamos de compartimentar esta realidad y trabajamos con una parte de ella, una parte que sabemos que no es el todo, pero una parte que podemos tratar de entender y manejar. Y esa parte, habitualmente es una réplica de la realidad completa, y sabemos que cuando trabajamos con ella, en esencia trabajamos con el todo.
Si yo trabajo con el equipo de dirección de tu empresa, buscando cambios en el mismo, y los ponemos en marcha, lo que ocurrirá es que esos cambios trascenderán ese equipo y empezarán a contagiarse por toda la organización, no necesariamente en la misma manera, pero sí generarán experiencias diferentes que darán lugar a comportamientos distintos a los habituales. Es decir, el cambio empezará a vislumbrarse.
En el ámbito personal ocurre lo mismo. Si tú por ejemplo siempre tomas el mismo camino para volver del trabajo, las cosas que veas a lo largo de ese tránsito van a ser prácticamente las mismas cada día. Si un día decides cambiar tu recorrido, la experiencia va a ser diferente a la del resto de días. Puede entonces que llegues a casa inspirado por algo que has visto u oído, y eso te lleve a tomar una acción que no sueles realizar, como por ejemplo ir al cine con tu pareja un día entre semana. En ese mismo instante, y con ese pequeño cambio, estás transformando tu día, tu experiencia, y por contagio la de tu pareja.
Es decir, actuamos en una pequeña parte de la realidad, y confiamos en que esa pequeña experiencia se contagie y se transforme en un gran cambio.
Pero, ¿cómo puedes elegir dónde actuar? Con todos los focos que tienes abiertos en tu empresa, ¿cómo puedes saber por donde empezar?
Pues bien, la herramienta que hoy te presento va a ayudarte a decidir donde puedes comenzar a transformar tu experiencia y la de tu organización. Esta herramienta se llama autoevaluación sistémica, y nace del libro "Invisible Dynamics" de Klaus P. Horn y Regine Brick.
La herramienta de autoevaluación sistémica es un test que posee distintas preguntas agrupadas en cinco ámbitos diferentes. El resultado del test te va a indicar en qué espacio de esos cinco existen más desviaciones o desórdenes que generan malestar relacional, ineficacia en los procesos, conflictos, etc...
Te invito a realizar el este haciendo click en el siguiente enlace:
y al finalizar el propio test podrás consultar el significado de los porcentajes que has obtenido al realizarlo. ¿Te animas a testar qué cambios son más importantes en tu organización?
Puedes contarme cómo ha sido realizar este test dejando un comentario más abajo.
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Puedes escribirme a aurora@utilitas.org y podremos trabajar juntos; te acompañaré en tu desarrollo personal y organizacional.
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