Facilitar espacios

Facilitar espacios... concepto amplio donde los haya ;) 

Muchas veces cuando explico lo que hacemos en utilitas, me doy cuenta de que los términos que utilizamos parecen sacados de un manual para vender humo.

La semana pasada una persona me preguntaba cómo afronto el hecho de que la palabra "coaching" esté tan denostada. Le respondía que lo que hago es tomar un café con quien tenga esa duda, sea cliente o no, y le cuento con palabras sencillas qué hacemos Ibon y yo como coaches y consultores en utilitas. Porque como en casi todos los ámbitos en esta vida, cada uno tiene su manera de hacer su trabajo, a pesar de que todos digamos que hacemos lo mismo e incluso aunemos nuestra profesión bajo el mismo paraguas conceptual, en este caso "coaching". En resumen y para que se me entienda bien "cada maestrillo tiene su librillo".

En la entrada anterior de este blog, hablaba de las sesiones de coaching, tratando de llegar lo máximo posible a todas las mentes, y desmontando los mitos que hay alrededor del tema, obviamente desde mi punto de vista.

En el post de hoy voy a tratar de esclarecer a qué me refiero cuando hablo de "facilitar espacios". Como decía al comenzar, estas dos palabras hablan de un concepto bastante amplio y difuso, y en algunas ocasiones las fronteras entre nuestros servicios se diluyen tanto, que lo que hacemos es una mezcla de todo. Pero en este momento quiero poner un poco de luz sobre este "facilitar" que hacemos, porque es una tarea muy importante, y porque desde fuera puede parecer absurdo y fácil de desarrollar por cualquiera.

Para mí, facilitar un espacio es crear un contexto, crear unas condiciones concretas en un lugar físico y temporal, donde juntar a diferentes personas para acompañarles a explorar, aprender y/o reflexionar sobre un tema. 

Desde esta percepción mía, podría parecer que facilitar es tan sencillo como avisar a unas cuantas personas, decirles dónde vamos a quedar, sacar un tema de conversación y dejar que las que allí están charlen. Esto queda un poco lejos de la realidad.

Crear un contexto, unas condiciones concretas, poniendo lo experiencial en el centro, siendo la esencia de todo el trabajo que planteamos. Cada facilitación es diferente, porque los temas son diferentes y las personas también, por tanto la experiencia que proponemos es a medida. Es cierto que hay muchas formas de hacerlo, mucho escrito sobre ello, pero cada cliente es distinto y cada necesidad única, así que nosotros creamos una experiencia exclusiva para cada usuario. 

Elegir un espacio físico y temporal, que puede ser en horario laboral o no, en el espacio habitual de trabajo o fuera de él, sabiendo que cada cosa que decidamos a este respecto tendrá un impacto en las personas que queramos juntar. Algunas lo vivirán como una oportunidad de hacer algo diferente, de hacerlo de manera distinta, de probar, de experimentar fuera de los hábitos diarios . Otras lo verán como una amenaza a su zona más conocida, lo vivirán con miedo a que los demás les puedan ver en otro espacio diferente a su puesto de trabajo. Todo esto es importante valorarlo en el momento de esta elección que hacemos.

Juntar a diferentes personas. Se suele decir, y con razón, que cada persona somos de nuestro padre y de nuestra madre, que somos únicas. Y es esta unicidad de cada individuo, esta especialidad que constituye cada persona humana, esta diversidad, la más interesante para crear un bonito grupo con el que poder trabajar. Muchas veces nos asusta la variedad, porque puede derivar en diferencia de opiniones, en conflicto, y nos puede alejar del propósito de esta unión. Pero en la diversidad está la riqueza más grande, porque cada particularidad aporta algo único con lo que construir en conjunto.

Acompañar la exploración, el aprendizaje y/o la reflexión, proponiendo los temas desde diferentes ángulos, con diferentes dinámicas, buscando sacar de cada persona ese saber innato o escondido que cada una tiene, contribuyendo con su experiencia al aprendizaje de los demás.

Y cuando todo esto se pone en marcha, e incluso tenemos un guión, a veces la realidad nos regala momentos que trastocan todos los planes, y por ello también nos preparamos para atender aquello que emerge en cada instante. Yo muchas veces describo esto como un baile, donde hay un guión, unos pasos a seguir, pero también una voluntad individual que matiza cada movimiento que hacemos. 

Facilitar espacios
utilitas coaching y consultoría S.L., Aurora Ferro 20 de abril de 2023
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Desmontando una sesión de coaching